La ciudad amurallada fue escenario de una nueva contienda en el Volante FGA, a la que se llegaba con ambos títulos (tanto el general como la Beca) ya decididos, así que sería un buen baremo para ver la velocidad real de cada equipo sin pensar con la calculadora.
No obstante, Joaquín Pérez, acompañado por Adrián Muñiz, realizó su habitual ataque en la primera sección, de noche y con lluvia intensa, marcando grandes diferencias sobre sus rivales y acostándose el viernes con 45 segundos de ventaja sobre Diego Camuñas y más de un minuto sobre Roberto Suárez y Álvaro Castro (quien probaba unas Pirelli Cinturato nuevas por primera vez y quedaba impresionado por su capacidad de agarre).
Pérez continuaba con su tiranía al día siguiente, mientras por detrás, Álvaro Castro se establecía en la segunda posición y Diego Camuñas se salía del podio, cediendo también terreno con Roberto Suárez. La tarde no fue placentera para ninguno de los candidatos, pues Joaquín Pérez sufría un problema con el embrague que le hacía penalizar 1 minuto y 20 segundos en la asistencia, si bien se vio beneficiado por las dos neutralizaciones en las que no cedía tiempo. Tras solucionar la avería, Pérez y Muñiz lograban el pleno de scratchs en esta prueba para hacerse con su sexto triunfo de la temporada, sumando así el máximo de puntos posibles con seis resultados a retener.
Sin poder acercarse a la cabeza, Álvaro Castro vio como se escapaba también la segunda plaza en la penúltima especial, con un cable de una bobina fallando que hacía funcionar sólo 3 cilindros de su motor, cediendo más de un minuto respecto a Roberto Suárez, que defendió bien ese segundo peldaño en la última especial, un resultado importante para conservar la tercera plaza en el certamen frente a un Diego Camuñas que sólo pudo ser cuarto. Martín Mosquera, reenganchado a la carrera tras sufrir una salida, finalizaba quinto a los mandos de su Peugeot 206.