Roger Oto y Enric Sans, únicos participantes del equipo que permanecían en carrera al empezar el último día de competición, se veían también obligados a abandonar tras sufrir una serie de infortunios durante la última jornada de la cita mundialista.
En el caso de Oto, el catalán sufría una pequeña avería en su Peugeot 208 R2 que no le permitía continuar a dos tramos del final de la penúltima prueba del WRC. Gracias al trabajo de los mecánicos, el equipo podía subsanar el problema mecánico aunque no podía reengancharse a la prueba al ser la última jornada de la misma. Sin embargo, tanto Oto como su copiloto, Elisabeth Ferrer, admitían haber disfrutado mucho de su experiencia mundialista con el Peugeot, mostrando una gran satisfacción por el trabajo realizado por GC Motorsport a lo largo de todo el RallyRACC.
Por parte de Sans, este sufría una leve salida de carretera sin consecuencias físicas. Su Peugeot 208 tenía un pequeño toque que le hacía doblar el puente trasero, por lo que se veía obligado a abandonar cuando se encontraba entre los diez mejores pilotos del Grupo R2. Sans, que era acompañado para la ocasión por el experimentado Joan Venceslao, había mejorado sus tiempos a lo largo de un Rally que ya había corrido por primera en 1991 cuando este entraba en el calendario por primera vez del Campeonato del Mundo y por novena vez en su palmarés particular.
Además, Joel Guerrero decidía no reengancharse a la prueba pese a haber subsanado los problemas de temperatura que sufría su Peugeot 208 R2 antes del comienzo de la primera de las jornadas sobre asfalto y, como director del equipo GC Motorsport, se dedicaba a gestionar el mismo durante el último día de competición.